Psicología de la Gestalt
Psicología de la Gestalt, escuela de
psicología que se dedicó principalmente al estudio de la percepción. Frente al
asociacionismo imperante, la escuela de la Gestalt postulaba que las imágenes
son percibidas en su totalidad, como forma o configuración (del alemán,
Gestalt), y no como mera suma de sus partes constitutivas. En las
configuraciones perceptivas así consideradas, el contexto juega además un papel
esencial. La escuela de la Gestalt intentó formular las leyes de estos procesos
perceptivos.
Según el punto de vista de la teoría asociacionista, los estímulos se
reciben primero aislados, como ‘sensaciones’ que después se organizan en
imágenes perceptivas más complejas. Pero esta explicación era insuficiente ante
ciertos fenómenos, incluso en el terreno del aprendizaje. Hacia 1910, los
investigadores alemanes Max Wertheimer, Wolfgang Köhler y Kurt Koffka rechazaron
el sistema de análisis que predominaba en la psicología de principios de siglo,
adoptando el de la teoría del campo, recién desarrollado entonces para la
ciencia física. Este modelo les permitió estudiar la percepción en términos
distintos al mecanicismo atomista de los asociacionistas.
Los psicólogos gestaltistas descubrieron que la percepción es influida
por el contexto y la configuración de los elementos percibidos; las partes
derivan de su naturaleza y su sentido global, y no pueden ser disociados del
conjunto, ya que fuera de él pierden todo su significado.
El enfoque de la Gestalt se ha extendido a la investigación en áreas
distintas de la psicología, como el pensamiento, la memoria o la estética.
También algunas cuestiones candentes de la psicología social se han estudiado
desde el punto de vista estructuralista de la Gestalt, como los trabajos de Kurt
Lewin sobre la dinámica de grupos, hoy esenciales en la investigación social
tanto teórica como aplicada. Sin embargo, es en el área de la percepción donde
el enfoque de la Gestalt ha tenido una mayor influencia.
Diversos métodos actuales de psicoterapia se autodenominan gestaltistas
porque se llevan a cabo siguiendo ideas similares a las de esta antigua escuela
de la percepción: los seres humanos son considerados como conjuntos que
responden a la experiencia configurada de modo global, con lo que la separación
cuerpo–alma sería artificial. Según la terapia de la Gestalt, la percepción
adecuada de las necesidades personales y del mundo exterior es vital para
equilibrar la experiencia personal y conseguir una ‘Gestalt positiva’,
mientras que apartarse de la conciencia rompe la respuesta global. Los
terapeutas de la Gestalt intentan restablecer el equilibrio armónico natural del
individuo mediante un fortalecimiento de la conciencia. El énfasis se pone en la
experiencia presente, más que en la indagación de las experiencias infantiles
propias del psicoanálisis clásico. También se estimula el enfrentamiento directo
con los propios miedos.
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